La pandemia ha obligado a adoptar nuevas formas de trabajar. Las empresas deben reinventar su trabajo y el papel de la oficina juega un papel crucial en la creación de trabajos y vidas seguros, productivos y agradables para los colaboradores.
COVID-19 ha generado desafíos humanos y humanitarios sin precedentes.
Muchas empresas de todo el mundo han estado a la altura de las circunstancias, actuando con rapidez para proteger a los empleados y migrar a una nueva forma de trabajar que ni siquiera los planes de continuidad empresarial más extremos habían previsto.
En todas las industrias, los líderes utilizarán las lecciones de este experimento de trabajo desde casa a gran escala para volver a imaginar cómo se hace el trabajo, y qué papel deben desempeñar las oficinas, de manera creativa y audaz.
Cambiar actitudes sobre el papel de la oficina
Antes de la pandemia, la norma constituía a que las oficinas eran fundamentales para la productividad, la cultura y el escenario perfecto para ganar la guerra por el talento.
Las empresas compitieron intensamente por contar con espacios de oficina de primer nivel en los principales centros urbanos del mundo, y muchas se centraron en soluciones que se consideraba que promovían la colaboración.
La densificación, los diseños de oficinas abiertas, la hotelería y el coworking fueron los caballitos de batalla.
Pero las estimaciones sugieren que a principios de abril, el 62% por ciento de los estadounidenses empleados trabajaron en casa durante la crisis, 1 en comparación con alrededor del 25% por ciento hace un par de años.
Durante la pandemia, muchas personas se han sorprendido por la rapidez y eficacia con la que se adoptaron las tecnologías de videoconferencia y otras formas de colaboración digital. Para muchos, los resultados han sido mejores de lo imaginado.
Según la investigación de McKinsey, consultora organizacional americana, comparte que el 80% por ciento de las personas encuestadas informan que disfrutan trabajar desde casa.
El 41% dice que es más productivo que antes y el 28% que es igual de productivo
Muchos empleados liberados de largos desplazamientos y viajes han encontrado formas más productivas de pasar ese tiempo, han disfrutado de una mayor flexibilidad para equilibrar su vida personal y profesional y han decidido que prefieren trabajar desde casa en lugar de la oficina.
Muchas organizaciones piensan que pueden acceder a nuevos grupos de talentos con menos restricciones de ubicación, adoptar procesos innovadores para impulsar la productividad, crear una cultura aún más fuerte y reducir significativamente los costos inmobiliarios.
Estas mismas organizaciones miran hacia la reapertura y sus desafíos.
Antes de que una vacuna esté disponible, la experiencia de la oficina probablemente no se mantendrá como era antes de la pandemia.
Muchas empresas requerirán que los empleados usen máscaras en todo momento, rediseñen los espacios para asegurar el distanciamiento físico y restringirán el movimiento en áreas congestionadas (por ejemplo, bancos de ascensores y despensas).
Como resultado, incluso después de la reapertura, es probable que las actitudes hacia las oficinas sigan evolucionando.
Pero, ¿Es posible que la satisfacción y la productividad que experimentan las personas trabajando desde casa sea el producto del capital social acumulado a través de incontables horas de conversaciones, reuniones y compromisos sociales antes del inicio de la crisis?
¿Se erosionarán las culturas y comunidades corporativas con el tiempo sin interacción física?
¿Se verán afectados los momentos de colaboración planificados y no planificados?
¿Habrá menos tutoría y desarrollo de talento?
¿Trabajar desde casa ha tenido éxito solo porque se considera temporal, no permanente?
La realidad es que ambos lados del argumento probablemente tengan razón.
Cada organización y cultura es diferente, al igual que las circunstancias de cada colaborador individual.
Muchos han disfrutado de esta nueva experiencia; otros están fatigados por ello.
A veces, las mismas personas han experimentado diferentes emociones y niveles de felicidad o infelicidad en diferentes momentos.
Ha aumentado la productividad de los empleados que realizan muchos tipos de trabajos; para otros, ha disminuido.
Muchas formas de colaboración virtual están funcionando bien; otros no lo son.
Algunas personas están recibiendo tutoría y participan en conversaciones informales, no planificadas e importantes con colegas; otros se lo están perdiendo.