Los mejores entornos son los que tienen una variedad de opciones dentro de una cultura que permite a los trabajadores tomar esas decisiones. En una sociedad consciente del consumo como lo somos hoy, las personas prefieren la sustancia sobre el estatus. La personalización enriquece las opciones, permite la expresión y atrae a los clientes como participantes en el proceso de creación.

El renacimiento de la oficina, es mucho más que moda o gestos superficiales. La gente quiere una conexión emocional, autoexpresión creativa y autenticidad. Se trata de mucho más que mesas de ping pong o algunas sillas interesantes de la fería de los domingos. La gente quiere sentir una conexión con los lugares donde trabajan, donde pueden verse a sí mismos en el espacio, frente a algo que se les impone.

Si bien los períodos de cambio cultural pueden ser difíciles y estresantes para todos los involucrados, el renacimiento puede abrir nuevas posibilidades para que las personas experimenten un mayor sentido del significado en el trabajo y abrir nuevas oportunidades para que las organizaciones se desempeñen mejor que nunca.

¿Sabían las personas que vivieron en Europa en el siglo XVII que estaban viviendo el renacimiento? Es en retrospectiva que vemos cómo ese período de tiempo contribuyó a nuestra idea de lo que significa ser humano, con belleza inherente, alegría y significado.

De manera similar, hoy no podemos prever completamente cómo este movimiento redefinirá las formas en que las personas ven su relación con el trabajo y el lugar de trabajo.

Ya sea que lo llames rebelión o renacimiento, el cambio en el lugar de trabajo está sucediendo y creando un lugar para la humanidad y las emociones en el trabajo.